sábado, 23 de febrero de 2013

Los peligros de la obediencia




¿Como es posible que a lo largo de la historia los muchos dictadores que ha habido hayan llegado tan lejos?
Todo dictador necesita de muchos 'verdugos' que le hagan el trabajo sucio pero, ¿tantos 'verdugos' hay, con la misma ideología que un dictador? ¿O simplemente acatan ordenes a cambio de un salario?¿Y si esas ordenes van contra sus principios éticos?

Preguntas como estas son las que llevaron a Stanley Milgram, psicólogo y profesor de la universidad de Yale,  a realizar un experimento en 1961 para comprobar el grado de obediencia del ser humano.
Bajo el gancho de ser un experimento para comprobar la capacidad de aprendizaje, Milgram puso un anuncio convocando a 40 personas de distintas clases sociales, edades y culturas a las que pago unos 30€ actuales por participar en el experimento. 
El experimento consistía en que una persona (maestro) debía hacer una pregunta a otra (alumno), que estaban separadas por un biombo de manera que el maestro podía escuchar, pero no podía ver al alumno. Si el alumno, que estaba conectado mediante unos electrodos a una maquina que daba descargas eléctricas, fallaba la pregunta, el maestro debía castigar al alumno dándole una descarga eléctrica. Estas descargas eléctricas iban desde los 15 Voltios hasta los 450V aumentando la intensidad de la descarga de 15V en 15V conforme avanzaba el experimento. 
Por cada persona que participaba en el experimento, Milgram tenia un cómplice que ejercería el papel de alumno. El alumno iba fallando respuestas deliberadamente, y con cada supuesta descarga emitía gritos de dolor cada vez más desgarradores.
En caso de que el maestro mostrase su malestar ó su deseo de no continuar, Milgram, que ejercía el rol de Autoridad, le decía las siguientes frases, ordenadamente, hasta que continuase: 
  • Continúe, por favor.
  • El experimento requiere que usted continúe.
  • Es absolutamente esencial que usted continúe.
  • No tiene otra opción. Debe continuar.
En caso de persistir en su negativa, el experimento se paraba.


Contra todo pronostico, el 65% de los participantes llego a aplicar el voltaje máximo de 450V y el 100% alcanzo los 300V antes de renunciar a seguir, a pesar de que el alumno ya no diese señales de vida.
Este experimento mostró al mundo que, una vez eximida su responsabilidad, la gran mayoría es capaz de actuar contra sus principios éticos sin ningún cargo de conciencia.
Esta es una muestra del sometimiento de una persona a la autoridad (investigador) a cambio de 30€. 
¿Que no harían por un salario al grito de "Yo cumplo con mi trabajo"?

1 comentario:

  1. La democracia-una utopía realmente apoyada en la ignorancia y la manipulación de y a las masas- es otra forma de dictadura, además la más hipócrita y camulada.

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